Aquí... con intensidad inquietante tambien, abundan otros tonos y no sombríos. Así que -a diferencia de la obra de Emily Brontë- que nadie busque el odio y el amor totales En Cumbres Borrascosas.
viernes, 21 de mayo de 2010
"Por tu privacidad y la mía" para Relatos en cadena 2009-2010
Esa foto es en Berlin, eh?
ResponderEliminarRecuerdo esos monigotes en los semaforos, parecia "cristos"
Los secretos dejan de ser secretos cuando alguien los sabe
ResponderEliminarbesitos
Genial que los hayan "recuperado", Alberto.
ResponderEliminarSon estos "monigotes", uno de los souvenirs más vendidos de Berlín.
(Y tienen su "gracia", la verdad)
Este semáforo esta en Unter der Linden (el principal bulevar de la ciudad), así que te lo he puesto fácil
(Se ve la señal -jeje-)
Pero tienes razón, aunque no hayas reparado en el "nombrecito", Ampelmann es Reconocible.
http://www.ampelmann.de/
Un saludo.
Uys! espera, Aniña...
ResponderEliminarque tengo que reflexionar sobre tu frase.
...
...
Ya!
... pero al menos uno, puedo saberlo, no?
Ya está decidido, te robo y te traigo uno..
ResponderEliminarY esto ya no es un secreto, es un ampelmann destronado.
Jo, cuanto te voy a recordar por Berlín, jeje...
Besos y achuchones
Te encantará, fijo!
ResponderEliminar... también "achuchones"?
Estoy de enhorabuena. Otros tantos para ti.
Estoy de acuerdo con Aniña...un secreto compartido (aunque sea con uno), tarde o temprano, se convierte en un secreto a voces.
ResponderEliminarLo que no quieras que se sepa, no se lo cuentes a nadie.
Te dejo un beso, Gon.
Y yo de acuerdo con vosotras dos, eh!
ResponderEliminar(me he expresado mal)
Cuando decía:
-"... pero al menos uno, puede (que no puedO) saberlo, no?"-
me refería a uno mismo; porque...
que menos, no?
Otro beso para ti, VolVo.